Feliz Triduo Pascual abril 8, 2020 – Publicado en: Blog – Tags: , , , , , , , , , , , , ,

Estamos inmersos en una Semana Santa distinta a las demás. Todas las parroquias y capillas cerradas al culto. ¿Rara?, ¿extraña? Diferente. Pero, a mi parecer, semejante a la que vivieron los primeros discípulos, que tras el prendimiento de Jesús, se esconden en sus casas para no correr la misma suerte de su Maestro. El temor les embarga. Sólamente uno de ellos, Pedro, se esconde entre la muchedumbre y observa en la distancia, para no ser reconocido. Y cuando le preguntan, niega, por tres veces, ser uno de los que iban con Jesús. ¿Se trata de cobardía o de prudencia?

Jesús, desde el huerto de los olivos, fue conducido a Anás, a Caifás y de ahí, al pretorio, para ser interrogado por Poncio Pilato, que no encuentra culpa en Él. Sin embargo, el pueblo pide su muerte y es mandado azotar mientras «los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura», a la vez que se burlaban de Él y le daban bofetadas.

También hoy, estamos todos “desaparecidos”; ni vemos a nadie, ni queremos que nos vean, porque como los discípulos, sentimos miedo a ser contagiados y a morir. Y, aunque creemos y profesamos nuestra fe en la vida eterna y en la resurrección de los muertos, el temor de la muerte pesa en nuestros corazones. ¿Cobardía o prudencia? Prefiero llamarlo “caridad”. En primer lugar para con los que compartimos casa, con los vecinos, conocidos del barrio, etc. y para con nosotros mismos.

Este año, ¿en qué ha quedado nuestra cuaresma y en qué quedan nuestros triduos pascuales? Estamos ante una situación tan novedosa, que nos hace dudar de su validez. Sí. Es totalmente válido el participar por televisiones y redes sociales de nuestras celebraciones. Pero me planteo aún más. Creo que ha sido el año donde todos, sin excepción, hemos vivido y viviremos esta semana más unidos a Cristo. En primer lugar, porque a todos, se nos ha “regalado” una corona, no de espinas, sino viral, que nos hace temer la muerte y verla próxima. En segundo lugar, porque ante la impotencia humana que sentimos, recurrimos a Dios para elevar nuestras oraciones de petición. Y en tercer lugar, porque nos ha enseñado a valorar más nuestras vidas y a vivir con lo necesario, prescindiendo de caprichos, e incluso de familiares y amigos. A ellos los tendremos muy presentes en la noche del Jueves Santo, el día que celebramos el amor fraterno. De modo especial, a aquellos que menos tienen y más solos se encuentran.

He podido leer por las redes sociales, que incluso gente que se confesaba agnóstica, en estos días rezaba ante la impotencia que se siente cuando sabes que no puedes hacer nada. Y muchos sacerdotes, de modo voluntario, se han ofrecido a estar en las morgues, para darle el último adiós a los fallecidos, que han muerto solos, sin el cariño de los suyos. Y a ellos dedicaremos este Viernes Santo. Ellos, ya gozan de la presencia del Señor, y a ellos pediremos que intercedan por cada uno de nosotros, para que nuestras vidas sean testimonio del Amor.

Me da la impresión que entenderemos que la cuaresma y la Semana de Pasión, de este año 2020, nos van a llevar, de modo especial a la Resurrección, cuando podamos volver a vernos. Ese día resucitaremos, saldremos de nuestros “sepulcros”. Valoraremos más a la familia, los amigos, viviremos conformándonos con menos cosas, le daremos mayor valor al don de la vida, participaremos de los sacramentos de modo más consciente de lo que hasta ahora lo hemos hecho, etc. Y todo ello, porque, cuando algo se pierde, es cuando se valora.

Desde Edilva, os deseamos a todos un feliz Triduo Pascual.

Yome

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